El cáncer de próstata es el cáncer más frecuente en los varones. Se estima que este año se diagnosticarán 3.600 nuevos casos en España. A pesar de la creencia de que es un cáncer de personas mayores y que no es mortal, se calcula que 6.000 pacientes fallecerán por este tumor en 2023 en España.
La mayoría de los casos de cáncer de próstata que se detectan se hace en fases iniciales, y en muchos casos el tumor no es letal o progresa lentamente y es curable. Sin embargo, cuando el diagnóstico es tardío, casi el 10% de los casos, aparece la enfermedad avanzada. Se trata de un cáncer de mal pronóstico, aunque en los últimos años ha habido grandes avances.
El último se detalla hoy en ‘Science Traslational of Medicine‘, aunque de momento sea solo en modelo experimental.
Investigadores del Instituto Oncológico Dana Faber (EE.UU.) se han centrado en un tipo de pacientes con cáncer de próstata avanzado con tumores que albergan pérdida del gen RB1 o características neuroendocrinas, que a menudo tienen un mal pronóstico y opciones de tratamiento limitadas.
Se sabe que los cambios epigenéticos pueden hacer que el cáncer de próstata resista el tratamiento activando o desactivando genes. Un mecanismo epigenético etiqueta genes con marcas de metilación del ADN.
Terapia dirigida
El equipo de investigadores del Instituto del Cáncer Dana-Farber ha descubierto, en experimentos utilizando modelos preclínicos de cáncer de próstata avanzado derivados de pacientes, que la inhibición de la metilación del ADN con decitabina, un medicamento utilizado en el tratamiento de ciertos cánceres de la sangre, ralentiza el crecimiento tumoral específicamente en un subconjunto de pacientes avanzados con cánceres de próstata que tienen características neuroendocrinas o pérdida del gen RB1 .
Los resultados de esta investigación, aseguran, abre la puerta a una posible estrategia de tratamiento dirigida específicamente a esta población que incluye decitabina, terapia dirigida a B7-H3 o ambas en combinación.