«Puede desencadenar en una crisis de dolor muy incapacitante»

Álvaro Morata, delantero centro del Atlético de Madrid, no pudo entrenar este martes con el resto del equipo porque sufre un cuadro agudo de neuralgia del trigémino. Se trata de una patología muy incapacitante porque produce el que se considera ‘el peor dolor del mundo‘ en la zona maxilar, mandibular y/u oftalmológica. Generalmente afecta a un solo lado de la cara, aunque puede presentarse en ambos.

La neuralgia del trigémino es un trastorno que afecta a una o varias ramas del nervio encargado de que se transmita la sensibilidad de la cara hacia el cerebro, denominado nervio trigémino. Se diferencia de otro tipo de dolores faciales o de cabeza porque el malestar es muy intenso y tiene un carácter punzante o eléctrico.

35.000 personas de España sufren neuralgia del trigémino

La Sociedad Española de Neurología (SEN) calcula que la neuralgia del trigémino afecta a más de 35.000 personas en España. «Aunque su prevalencia no sea muy alta, ya que se estima que solo un 0,3% de la población llegará a desarrollar este trastorno a lo largo de su vida, supone un problema importante por su infradiagnóstico e infratramiento, pero también por el elevado impacto sobre la calidad de vida de las personas que lo padecen», explica el doctor Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología. «El dolor puede presentarse de forma espontánea, pero también es muy habitual que se active ante estímulos táctiles o térmicos (como masticar, hablar, peinarse, cepillarse los dientes, comer o bostezar). Es decir, que actividades cotidianas diarias pueden desencadenar una crisis de dolor muy incapacitante», advierte el experto.

Existen tres tipos de neuralgia del trigémino: clásica, secundaria e idiopática. La clásica es la más común y está causada por la compresión de la raíz del nervio trigémino. La secundaria, que representa aproximadamente el 15% de los casos, se produce debido a alguna otra enfermedad identificable, donde los tumores cerebrales, fracturas o cirugías faciales, infecciones (como el herpes zóster) o enfermedades degenerativas (como la esclerosis múltiple) suelen estar detrás de la mayoría de los casos. Cuando no se puede encontrar una causa aparente, se denomina idiopática y este tipo representa aproximadamente el 10% de los casos. Los casos familiares son raros, pero pueden estar presentes entre el 1-2% de los pacientes.


«Los pacientes con neuralgia del trigémino secundaria suelen ser más jóvenes, más propensos a tener pérdida sensorial en una parte de la cara»

Pablo Irimia

Especialista en Neurología

«En todo caso, independientemente del tipo de neuralgia del trigémino que se padezca, los síntomas y las características de la enfermedad son similares. Prácticamente la única diferencia es que los pacientes con neuralgia del trigémino secundaria suelen ser más jóvenes, más propensos a tener pérdida sensorial en una parte de la cara y es más probable que tengan dolor facial bilateral», aclara el doctor Pablo Irimia.

Cada año se diagnostican en España unos 2.000 nuevos casos de neuralgia del trigémino, aunque su incidencia anual es mucho mayor, según datos de la SEN. Se estima que el diagnóstico de esta enfermedad se retrasa al menos un año después de la aparición de los síntomas ya que, en casi la mitad de los casos, puede confundirse esta dolencia con otras más comunes como migraña, cefalea en racimos, cefalea tensional, problemas dentales o en la articulación temporomandibular, glaucoma, otitis y amigdalitis.

«Identificar correctamente a los pacientes es importante»

«Identificar correctamente a los pacientes es importante porque existen numerosas opciones terapéuticas. Y aunque sea una enfermedad difícil de manejar, con tratamiento médico, aproximadamente el 80-85% de los pacientes quedan libres de dolor a largo plazo», asegura el experto.

Existen varias alternativas farmacológicas con las que se consigue respuesta en más del 60% de los pacientes. La infiltración de toxina botulínica puede ser otra opción terapéutica para los pacientes que no muestran mejoría con el tratamiento inicial. Para aquellos que no sienten mejoría con los fármacos, con intolerancia al tratamiento o para los que los medicamentos han dejado de ser efectivos con el paso del tiempo, existen diferentes procedimientos de radiofrecuencia y técnicas quirúrgicas que alivian e incluso hacen desaparecer el dolor en un elevado porcentaje de pacientes.