Nada está decidido aún sobre quién ocupará la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) a partir del 1 de enero. Y según el coordinador del proceso, el ministro de Finanzas belga, Vincent van Peteghem, no parece fácil que se vaya a decidir en Santiago: “Creo que no tenemos que forzar el proceso. Estamos en un proceso de tener consultas informales e intentar tener un candidato de consenso para el final del proceso. No creo que estemos en ese punto todavía”. Aunque en la capital gallega los candidatos, entre ellos la ministra española Nadia Calviño, sí que están midiendo sus fuerzas.
A la reunión de ministros de Finanzas de la Unión Europea en Compostela ha acudido lógicamente la titular española, que además es la organizadora del encuentro por ser España el país que preside el Consejo de la UE este semestre. Es vista como la favorita, apuntan varias fuentes. Pero eso no quiere decir que lo vaya a tener fácil. La propia Calviño ha señalado que “no se puede dar nada por hecho” a su llegada al encuentro este viernes. Después ha asegurado que no va a poner este punto encima de la mesa. No obstante, ese momento llegará el sábado, cuando el belga Van Peteghem de cuenta de cómo va el proceso.
También han ido a Compostela otros aspirantes al puesto. Lo ha hecho la rival más potente de Calviño en esta carrera, la danesa Margrethe Vestager, como parte de la delegación de su país. La que fuera comisaria de Competencia de la Comisión hasta la semana pasada, ha argumentado que el Ecofin es una “oportunidad extraordinaria” y ha asegurado tener apoyos, aunque no ha dicho cuáles. Ella, como el coordinador del proceso, también ha apostado por que la carrera no acabe en Santiago: “No creo que nadie espere ningún tipo de decisión este fin de semana”.
Y si bien Calviño y Vestager, por este orden y de forma ajustada, parecen las candidatas más fuertes. Los demás no han tirado la toalla. De hecho, dos de ellos también han acudido a Santiago a buscar respaldo, participando en las delegaciones que sus países han mandado al encuentro: Daniel Franco, exministro de Finanzas italiano con Mario Draghi, y Teresa Czerwinska, vicepresidenta del banco que aspira a gobernar. El único que no ha acudido es el sueco Thomas Östros, también vicepresidente del BEI.
Hasta ahora, los países son reacios a desvelar sus apoyos. Solo Portugal se ha salido de esa dinámica mezcla de discreción y misterio al anunciar ya que apoya a Calviño. Los demás no son explícitos. Los ministros de Francia, Bruno La Marie, y Alemania, Christian Lindner, no han mostrado sus cartas. “Calviño tiene todas las capacidades”, ha sentenciado el primero sin ir más allá, y señalando que esperaba que su decisión no se demorara. “Hay candidatos muy cualificados”, ha ensalzado el alemán, que ha advertido que el gobierno del que forma parte “no ha tomado todavía una decisión”.
El sistema de votación para la elección del presidente del BEI convierte la opinión de estos dos países en fundamental, junto con la de Italia. El elegido debe contar con el 68% del capital y este no se distribuye de igual forma entre los países. Los tres grandes tienen el 16,1% cada uno; España ostenta el 10%; Países Bajos, el 4,6%; y el resto de países participaciones menores. No obstante, para evitar que una componenda entre los grandes dejara fuera de juegos a los pequeños, también se tiene que contar con el respaldo de un mínimo de 18 estados.
Que el pasado miércoles fuera elegida la alemana Claudia Buch para dirigir el Mecanismo Único de Supervisión bancaria de la zona euro en lugar de Margarita Delgado le evitó a Calviño un obstáculo añadido. Aunque los dos procesos sean independientes sobre el papel, hubiera resultado improbable que dos españolas resultaran elegidas en poco tiempo ante los equilibrios entre países que reinan en la UE.
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