El equipo jurídico de Renfe se prepara para lanzar la millonaria reclamación contra Talgo por el retraso en la entrega de 30 trenes de alta velocidad encargados en 2017. Según aseguran fuentes conocedoras del proceso, la sanción, de 116 millones por el incumplimiento del contrato, más 50 millones por el lucro cesante, fue examinada en la reunión del consejo de administración de la operadora pública previa a la Semana Santa, y la intención es ir a por todas.
En una comunicación previa entre Renfe y Talgo ya se advirtió al consejero delegado del fabricante de trenes, Gonzalo Urquijo, que a la cuantía prefijada se sumarán 80.000 euros por cada 24 horas de retraso adicional a partir de este lunes 1 de abril. Esta losa pesa sobre Talgo en plena operación de adquisición lanzada por el consorcio húngaro Ganz Mavag, del que son cabeza visible el grupo industrial Magyar Vagon y el fondo público Corvinus. La dirección de Talgo llegó a manifestar en el informe sobre los resultados de 2023 que la reclamación de su cliente no tenía firmeza.
La entrega de las primeras unidades del lote de 30 trenes Avril debía haberse producido, en un primer momento, a partir de enero de 2021. Antes de esa fecha fue Renfe la que pidió modificaciones en un modelo que aún no había sido probado sobre las vías, llevando el nuevo hito de entrega a julio de 2022. A la vista de que el pedido estaba lejos de formalizarse, ese mismo mes la operadora dependiente del Ministerio de Transportes decidió imponer la penalización contemplada en el contrato. Y es hora cuando el requerimiento de 116 millones se activaría de forma definitiva, además del lucro cesante, tras su paso por el órgano de gestión que preside Raül Blanco.
Desde Renfe se ha desvinculado en todo momento esta decisión del rechazo que genera entre el Gobierno la opa húngara por Talgo. El propio Blanco aseguró días atrás en un acto público que “Renfe se manifiesta neutral en la opa”. El consorcio comprador valora el 100% del capital del fabricante en 619 millones (5 euros por acción), a lo que se suman más de 300 millones de deuda neta.
Precisamente, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha asegurado este lunes que Talgo le ha trasladado que entregará los primeros trenes Avril de ancho variable a partir del próximo lunes, 8 de abril. Pero ha querido dejar claro que no es algo seguro: “Talgo nos dijo que los trenes se entregarán a partir del 8 de abril, pero también nos dijo anteriormente que nos los entregaba el día 1 y esto no se ha producido, así que no puedo comprometer una fecha. Pero sí parece que estamos ya muy cerca, estamos hablando probablemente de días o como mucho de semanas”, ha explicado en una entrevista en Onda Cero.
Para Renfe es vital recibir los nuevos trenes que formarán la serie 106 en puertas del verano y ante su plan de aumentar la presencia en Francia. Una decena de los 30 trenes pedidos a Talgo irán al país vecino una vez sean homologados allí. Renfe prevé cuadruplicar su oferta una vez que entren en juego los Avril y poder rodar hasta París a final de este año. Desde el pasado verano ha vendido medio millón de billetes para las rutas que van de Madrid a Marsella y de Barcelona a Lyon. La ocupación media de los trenes, afirma la empresa, es del 80%.
Los dos lotes de 15 trenes cada uno, firmados entre abril y junio de 2017, están valorados en un total de 1.490 millones, incluido el mantenimiento durante 15 años. Talgo justificó la tardanza en disponer de este material rodante para Renfe por el paso de la pandemia, la consiguiente crisis logística y la escasa disponibilidad de materiales esenciales para su producción. La firma industrial también aseguró que sufría limitaciones en el acceso a la red ferroviaria para probar los trenes.
En pleno proceso de fabricación, Talgo también rompió con ABB, a la que tenía encargado el suministro de la tracción eléctrica. Sucedió a primeros de 2018 y en junio de 2021 se anunció un nuevo contrato con la vasca Ingeteam. La relación entre ambas incluye el diseño del sistema y el suministro de 120 convertidores de tracción de alta potencia (2,4 MW), los motores y transformadores de tracción para un total de 60 cabezas del Avril.
Renfe ya indicó en su misiva a Talgo, de primeros de marzo, que no se había justificado que el “flagrante incumplimiento” no sea atribuible al fabricante. Además, la operadora pública ha negado un reequilibrio del presupuesto de adjudicación, no contemplado en el contrato, reclamado por Talgo ante el impacto de la inflación en los costes de producción.
Los Talgo Avril están cubriendo una última etapa en su proceso de homologación con una prueba de fiabilidad en la que deben rodar 25.000 kilómetros antes de que Renfe los ponga en operación comercial. Un primer grupo de maquinistas está ya formado y a la espera de conducir este último modelo español de alta velocidad.
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