Los portugueses han girado a la derecha en las elecciones anticipadas celebradas este domingo en Portugal, pero no está claro aún a qué partido han colocado en primer lugar. El resultado es tan ajustado en la primera posición entre la coalición conservadora Alianza Democrática (AD) y el Partido Socialista, que el recuento del voto de los emigrantes, que eligen cuatro escaños, puede alterar la relación de fuerzas. Ese cómputo no se sabrá hasta dentro de unos días. Con el 98% escrutado, AD tenía 77 diputados frente a los 75 de los socialistas en la Cámara.
Si la noche comenzó con unos sondeos que vaticinaban un triunfo claro del proyecto de cambio de Luís Montenegro, al frente de la AD, el avance del escrutinio mostró una resistencia socialista mayor de la anticipada. La candidatura de Pedro Nuno Santos, que sucedió a Costa en el liderazgo del partido, ha experimentado un retroceso importante en comparación con 2022, cuando lograron una histórica mayoría absoluta. “El PS será oposición y no dejará esa lideranza a Chega”, avisó el líder socialista. “Nuestro camino comienza hoy para recuperar a los descontentos”, dijo. Santos aseguró que no obstaculizará la formación de gobierno de Luís Montenegro, pero también avisó de que no será “el soporte” del ejecutivo conservador.
En conjunto, el resultado de las elecciones anticipadas celebradas este domingo lleva a una gran incertidumbre sobre la gobernabilidad del país si Luís Montenegro mantiene su promesa de no incluir a la ultraderecha de Chega, el más claro triunfador de la noche, en su Gobierno. El avance del partido de André Ventura fue inapelable y superó el millón de sufragios. Su presencia en el Parlamento, con el 98,94% del recuento, pasaba de 12 a 46 diputados. Ventura, que consolida su espacio como tercera fuerza parlamentaria, se mostró exultante por “el fin del bipartidismo”.
A su llegada a la sede donde celebró su triunfo, aseguró que los resultados demostraban que los portugueses desean un Gobierno de AD y Chega. Una idea que reiteró en su discurso de celebración: “El pueblo dijo que la derecha tiene que gobernar y nuestro mandato es para gobernar Portugal los próximos cuatro años”. Ventura interpretó los resultados como “un ajuste de cuentas” contra el “secuestro de la izquierda” y prometió empezar “a liberar Portugal de la extrema izquierda” y “de la ideología de género”.
António Costa, que había afirmado en campaña que la extrema derecha no crecería tanto como predecían las encuestas, señaló este domingo que habrá que analizar las razones de la subida de Chega. “Tenemos que intentar comprender cuánto tiene de estructural y cuánto puede resultar de unas elecciones realizadas en un cuadro coyuntural atípico, tras una crisis de inflación y subida de tipos de interés enormes. Hay que ver cuánto responde a una mudanza de fondo de la sociedad portuguesa y cuánto es voto de protesta”.
El resultado del domingo confirma a Chega como un partido político de crecimiento vertiginoso en apenas cinco años. Desde las filas socialistas se lamentó que el avance de la extrema derecha se produzca cuando van a celebrarse los 50 años de la Revolución de los Claveles, que acabó con la dictadura en Portugal en 1974. “Si se confirman las proyecciones, el Partido Socialista debe hacer una fuerte oposición y prepararse para enfrentar lo que viene, que se prevé que no será bueno para los portugueses”, subrayó la ministra Ana Catarina Mendes antes de conocer escrutinio. “Son los socialistas los que deben estar vigilantes y no dejar caer la democracia”, agregó.
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Con los datos provisionales, la coalición de Montenegro no llegaría a la mayoría absoluta entre sus diputados y los de Iniciativa Liberal (IL), un pacto para el que se han mostrado disponibles ambas formaciones antes incluso de la campaña. Montenegro y el líder de IL, Rui Rocha, almorzaron juntos hace unos meses para exteriorizar su voluntad de llegar a acuerdos poselectorales. Los liberales tendrán ocho escaños, los mismos que en la pasada legislatura.
Después de nueve años, la derecha recupera el poder que perdió en 2015, cuando el socialista António Costa se alió con otras fuerzas de izquierda para presentar una moción de censura contra el conservador Pedro Passos Coelho. Pero la gran incógnita que surge ahora es si el líder del PSD rectificaría su negativa de pactar con la ultraderecha. De mantener su compromiso convertiría en agridulce el triunfo de Ventura, que aspira a entrar en el Gobierno y cambiar políticas en materia de justicia y seguridad ciudadana. Sus votos proceden de electores decepcionados de otros partidos, desde la derecha a la izquierda, y también de nuevos votantes. En feudos históricos de la izquierda, como Beja, lograron adelantar al Partido Comunista Portugués y fueron los más votados en el Algarve.
En la izquierda parece confirmarse cierta recuperación de una pequeña parte del terreno que había perdido en 2022 el Bloco de Esquerda, que se presentaba a las urnas con la nueva candidatura de la economista Mariana Mortágua, aunque el avance en votos no se había traducido en más escaños. El gran triunfador en la izquierda es el líder de Livre, Rui Tavares, que creció de uno a cuatro parlamentarios, que le permitirían formar grupo parlamentario. El Partido Comunista Portugués, que se presentaba por primera vez con Paulo Raimundo, perdió la mitad de los seis diputados que tenía.
En las elecciones anticipadas de 2022, los socialistas aventajaron en más de 700.000 votos al PSD y alcanzaron una mayoría absoluta que ninguna encuesta anticipó. En aquella ocasión, la caída del PSD benefició a nuevas fuerzas que habían nacido a su derecha como Chega e Iniciativa Liberal, que pasaron de tener un solo diputado en 2019 a convertirse en tercera y cuarta fuerzas parlamentarias. En esta cita, Montenegro decidió recuperar una coalición histórica, la Alianza Democrática, con la que su partido ganó por primera vez unas elecciones tras el fin de la dictadura.
Junto al PSD, la coalición integra al Centro Democrático y Social-Partido Popular (CDS-PP, derecha conservadora) y al Partido Popular Monárquico (PPM), dos formaciones que no tenían presencia en la Asamblea de la República. Los monárquicos son una fuerza anecdótica, aunque el CDS-PP es un partido histórico que participó en la redacción de la Constitución portuguesa.
En la Asamblea de la República se eligen 230 diputados, lo que sitúa la mayoría absoluta en 116. Sin los escaños de Chega, Montenegro no dispone de una mayoría holgada lo que le obligará a negociar presupuestos y leyes con la oposición. Durante el debate electoral, Santos anunció que no pensaba presentar una moción de censura contra su rival en el caso de Montenegro recibiese más votos, aunque eso no significa que la gobernabilidad esté garantizada. De los resultados de este domingo podría derivarse una situación de inestabilidad política que obligue a anticipar de nuevo los comicios, el escenario que más preocupa al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que ha alertado sobre el riesgo de que el país entre en un ciclo de inestabilidad con frecuentes convocatorias electorales.
En las 16 ocasiones anteriores en que se han celebrado elecciones legislativas en Portugal desde la llegada de la democracia, el bloque de la izquierda ha dominado más a menudo la Asamblea de la República que el de la derecha. En diez legislaturas hubo una hegemonía de izquierdas frente a seis de la derecha.
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