El Bernabéu tiene alma de teatro la mayoría de sus jornadas ligueras, y mucho más un domingo de noviembre a las nueve de la noche contra un equipo como el Rayo. A los 10 minutos de partido, aquello distaba mucho de ser una caldera ambiental, pero, de repente, se hizo un profundo silencio dramático en la Castellana. A Jude Bellingham le dolía el hombro izquierdo. Mucho, según sus gestos, tendido en el suelo tras una cesión con el pecho a Fran García en apariencia rutinaria. Carlo Ancelotti tuvo que montar un gabinete de crisis con sus ayudantes y mandó a Rodrygo a calentar. Salieron los médicos y hasta la Cruz Roja irrumpió con la camilla. La inquietud duró tres minutos, hasta que el joven inglés se levantó por su propio pie y regresó a escena. “Mañana [este lunes] le harán pruebas. Estaba un poco afectado, pero podía jugar. No creo que sea serio”, comentó nada más acabar el duelo Ancelotti.
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Arrizabalaga, Fran Garcia (Kroos, min. 72), Alaba, Dani Carvajal, Rüdiger, Federico Valverde, Jude Bellingham, Modric (Rodrygo, min. 69), Camavinga (Nacho, min. 85), Vinicius Junior y Joselu
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Dimitrievski, Lejeune, Abdul Mumin, Luis Espino, Andrei Ratiu, Unai López (Trejo, min. 60), Óscar Valentín, Isi (De Frutos, min. 86), Álvaro García (Bebé, min. 74), Pathé Ciss (Kike, min. 60) y De Tomás (Falcao, min. 74)
Goles
Árbitro Juan Martínez Munuera
Tarjetas amarillas Andrei Ratiu (min. 44), Pathé Ciss (min. 57), Camavinga (min. 62), Vinicius Junior (min. 73), Trejo (min. 87), Dimitrievski (min. 90) y Lejeune (min. 96)
Al inglés no le faltó su ración de Hey Jude, pero esta vez solo de fogueo, cuando recibió al inicio el premio al mejor jugador de octubre (cuatro tantos en Liga el pasado mes). Sin su gol, ya no se volvió a escuchar el hit del otoño en Chamartín. Sin Bellingham, no hubo fiesta. Por primera vez en todo el curso, el Madrid se quedó sin marcar. Lo había hecho en los 14 encuentros previos. De nada le valieron los 22 remates, aunque solo cinco fueron entre los tres palos. Sin ningún tanto del inglés esta vez, autor de la casi la mitad de las dianas del equipo (13 de 29), la noche acabó mustia para los de Ancelotti. “No tengo la sensación de que dependamos de él”, negó el técnico italiano. “Tenemos muchos recursos. Solo nos ha faltado un poco de acierto. El partido ha sido bien jugado, con buena actitud, energía y muchas oportunidades”, valoró el preparador blanco. “Estoy dolido por el resultado, pero no por el partido. A veces, se gana sin merecerlo. [En la última semana], si teníamos que ganar un día y empatar otro, mejor ganar en Barcelona”, apuntó el de Reggiolo, que no tuvo pegas para su equipo.
El susto con Bellingham devolvió la versión más participativa del británico. Hay noches en las que se limita solo a rematar rivales. Solo. Ante los vallecanos, se presentó más activo en la elaboración. Pululando en todo el frente, todo pasaba por él, la señal más evidente del peso que se ha ganado en apenas tres meses. Fue el que más pases hizo en el último tercio (28). Cerca andaba Modric, uno que no regala espacios, pero el muñidor del atacante blanco era Bellingham, para ordenar las maniobras, filtrar pases y realizar algún disparo.
Arriba, de inicio, estaba Joselu, en lugar del melancólico Rodrygo, en el diván de pensar desde hace varias semanas por culpa de su escasez goleadora (dos dianas). Al nueve blanco no dejaban de buscarle por alto (autor de seis remates), hasta que Dimitrievski le sacó un cabezazo rotundo. Nada más empezar, el portero rayista ya había negado a Valverde. En toda la primera mitad, el Madrid acumuló 12 remates, una cifra que igualó la mayor marca hasta ahora de un conjunto en esta Liga sin anotar, como el Sevilla ante Las Palmas.
Más Joselu
A la vuelta del descanso, Joselu aportó otro remate para la colección, en plancha. A esas alturas, la noche empezaba emitir señales preocupantes para el Madrid. Al menos, le faltaba tino. Bellingham ya no pesaba tanto, la voz cantante la lleva Vinicius.
A Ancelotti se le nota bastante la nacionalidad italiana cuando los partidos se le tuercen. Una querencia muy clásica es empezar a acumular hombres de ataque en situaciones de necesidad. Mediada la segunda mitad, se había confirmado que el duelo se le había revirado al Madrid, y el de Reggiolo movió piezas: prescindió de Modric para sumar a Rodrygo al ataque y, según Ancelotti, “dar amplitud al campo”. Y a los minutos, Kroos por Fran García y Camavinga en el lateral izquierdo. Tampoco tenía más elementos puros atacantes al margen de Brahim, con quien da señales evidentes de falta de confianza (no salió).
En la previa, Ancelotti pidió a los suyos que era “el momento de dar un golpe fuerte en la mesa” para confirmar la ventaja obtenida en el clásico. Negó la dependencia de Jude, pero sin los goles del inglés, el camino se torció para los blancos.
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